Hace diez años, Unilever se comprometió a hacer de la sostenibilidad un ámbito común a través del Plan Unilever para una Vida Sostenible. Esto significó observar el impacto de nuestros productos en la cadena de valor, incluido el modo en el que fueron diseñados, obtenidos y fabricados.
En la cadena de suministro, nuestro objetivo era transformar nuestros procesos de fabricación, desde asegurar el cuidado medioambiental, medir nuestro impacto en el planeta y minimizar el consumo excesivo e ineficiencias enérgicas y de residuos.
Todo ello nos ha permitido reducir nuestra huella de carbono; reemplazar los combustibles fósiles por energías verdes para encontrar formas para abastecerse y reutilizar el agua y fomentar un mundo sin residuos. En resumen, incorporar la sostenibilidad a nuestro ADN.
Ha sido necesario el compromiso, el ingenio y el arduo trabajo de miles de personas en toda nuestra cadena de suministro.
Hemos reunido en un cortometraje algunas historias que ponen en relieve el progreso que nuestras fábricas han logrado en la última década: desde lograr un uso energético 100% renovable (y en algunos casos generar energía excedente en los mercados y comunidades en las que trabajamos) hasta encontrar formas inteligentes de recolectar agua de lluvia para crear un suministro de agua para el uso de la fábrica.
Seguimos estableciendo objetivos atrevidos
Nuestra ambición es ir más allá y seguimos estableciendo objetivos atrevidos. Queremos que nuestras acciones tengan cero emisiones para 2030. Estamos trabajando para proteger el agua. Desde 2010 hemos reducido el consumo de agua en un 47% y, como parte de nuestros nuevos compromisos, estamos implementando programas de administración de gestión del agua para las comunidades locales, con la intención de llegar a las 100 para 2030.
A medida que hacemos la transición a cero absoluto, adoptaremos más modelos circulares. Traeremos los principios de la economía circular con diseños e implementaciones que reutilizan, reciclan y recuperan materiales y maximizan el valor de las operaciones de los residuos.
Un esfuerzo global para impulsar cambios
“Lo que me sorprende es el esfuerzo global para generar cambios asombrosos en el área de sostenibilidad”, explica la Directora de Fabricación Sostenible, Helen Hudson.
“Realmente hemos incorporado las palabras sostenibilidad y medioambiente y las hemos establecido como prioridad del trabajo en nuestras fábricas. Y ahora estamos trabajando en cómo podemos hacer más en ese sentido ¡y eso es genial!”, dice.
Ocho modos en los que ponemos en práctica la fabricación sostenible
1.Convertir los residuos de la fábrica en vegetales frescos.
Nuestra fábrica de Pouso Alegre en el sur de Brasil emplea a más de 1.100 personas y elabora algunas de nuestras principales marcas de alimentos. También es el primer lugar operativo con cero emisiones de carbono de Unilever en las Américas. El coordinador ambiental Rodrigo Cano fue una de las personas clave tras el proyecto Isla Ecológica. Utilizan los principios de la economía circular, el equipo construyó dos invernaderos de 500 metros cuadrados y utilizó los residuos vegetales de la fábrica para enriquecer el suelo. Ambos invernaderos ahora cultivan verduras y producen suficientes productos para abastecer a los restaurantes de la fábrica dos días a la semana.
2. Recolectar agua de lluvia para asegurar el suministro de agua fábricas.
La fábrica Dapada de Unilever en la India elabora jabón y detergente para millones de consumidores. La temporada de monzones en el país se extiende de mayo a septiembre y representa el 70% de sus precipitaciones anuales. A menudo es seguido por periodos secos prolongados que conducen rápidamente a la escasez de agua. Para garantizar un suministro de agua más seguro para la fábrica, Akshay Rastogi, Director de Dapada, junto con el equipo, construyó un estanque para recoger el agua de la lluvia. Está rodeado de árboles, lo que reduce la evaporación del agua durante los periodos secos.
3. Creación de un contrato de energía libre de fósiles.
Flen en Suecia fue nuestro primer lugar en alcanzar la condición de carbono neutral. En 2011, cambió su uso de energía a electricidad 100% renovable: “En 2010, nuestra fábrica tenía una huella de carbono de 870 toneladas”, dice Igor Papec, director de la fábrica de Flen. “Hoy tenemos huella de carbono cero. Nuestro consumo de energía es completamente y proviene de energía solar, eólica o hidroeléctrica, fuentes de energía con una huella de carbono extremadamente baja que nos brindan una solución climáticamente inteligente”
Se creó un contrato de energía libre de fósiles con su proveedor de energía, asegurando que su energía únicamente proviene de fuentes renovables de la red nacional: “Queríamos mostrarle a la gente, a la comunidad y al gobierno que se pueden hacer cosas si uno se esfuerza”, explica Igor.
4. Un beneficio mutuo que reduce el desperdicio y facilita el cambio a los biocombustibles.
Los sabores y los condimentos de Knorr son claves en Mandalay en Myanmar. Las cáscaras de arroz son un subproducto de su fabricación y suelen enviarse a un proveedor externo para su eliminación y quema.
Mahesh Vishwanathan, Gerente de Adquisiciones de Unilever, junto con equipo en general, comenzó a pensar en la oportunidad de utilizar las cáscaras de arroz como biocombustible para la fábrica y reducir los residuos. Resultó ser un material ideal para alimentar la caldera de biomasa y ha proporcionado un flujo circular de residuos, lo que también le brinda al equipo otras ventajas. Ha ahorrado el dinero de la eliminación y, al no quemarse, también se ha reducido el impacto medioambiental.
5. Dar un buen uso al 94% del agua de una fábrica una y otra vez
Agarapathana, en Sri Lanka, es la base de nuestra fábrica de té instantáneo Ceytea. La reducción de uso de agua ha hecho que el equipo haga un trabajo innovador en el proyecto 100% RE_AQUA. El equipo de la fábrica trabajó para crear tres formas de obtener y utilizar el agua de manera eficiente.
En primer lugar, cubrieron el 90% del techo de la fábrica con sistemas de recolección de agua que recoge la lluvia. En segundo lugar, encontraron formas de volver a condensar el vapor utilizado en las máquinas de la fábrica para permitir que el agua se reutilice y finalmente aseguraron que el agua se reutilizara para limpiar los filtros de la planta o para regar y enriquecer el suelo.
6. Las energías renovables ayudan a que el sitio se acerque al carbono positivo
Nuestra plantación de té Kericho en Kenia alberga siete fábricas ubicadas en 8.700 hectáreas. Hasta la fecha, el 94% de la electricidad del lugar se genera a partir de una plantación sostenible de eucaliptos que absorben C02. Este es uno de los cultivos más beneficiosos en el momento de regenerar espacios verdes y preservar la diversidad.
También es una fuente excelente de biomasa: la madera de la plantación de eucalipto se utiliza en nuestras calderas para generar energía térmica para secar el té en nuestras fábricas. La electricidad restante también proviene de una fuente renovable. Kericho tiene un río que atraviesa el lugar y se le da un buen uso para generar el 6% adicional de energía que el sitio necesita a través de la energía hidroeléctrica.
7. Convertir las hojas de té gastadas en energía verde
Hoy en día, el 73% de los residuos producidos en Ceytea en Agarapathana se utiliza para crear energía verde. Un subproducto del proceso del té son las hojas gastadas, que anteriormente se eliminaban. En 2014, la fábrica puso en marcha una caldera de biomasa y hoy en día 60 toneladas de estos residuos se utilizan para generar energía en la fábrica. En el espíritu de economía circular, el 27% restante de la hoja gastada se convierte en fertilizante orgánico que se utilizar para reponer los jardines de té.
8. Nuestra fábrica más grande utiliza electricidad verde
Hefei en China es nuestra fábrica más grande del mundo. Ha sido declarado un lugar Lighthouse por el Foro Económico Mundial por su capacidad digital. También tiene importantes credenciales ecológicas.
Gracias al uso de biomasa, que funciona con energía verde y tres de sus cinco plantas de fabricación son neutrales en carbono. “Los espacios de Unilever no son islas solitarias, sino que somos parte de una comunidad, dice Colette Xu, responsable de Sostenibilidad del Norte de Asia en Unilever: “Lo que hacemos por la sostenibilidad en nuestros lugares también se hace para servir a la comunidad y mejorar las vidas de las personas”.
Las imágenes utilizadas en esta película se registraron antes de la pandemia del COVID19.
Cualquier trabajo posterior siguió las pautas de seguridad COVID19 de Unilever.